Casi seguro que la amargura de la pobreza y la esperanza de algo mejor, pero una mujer de unos 60 años no es lo habitual, salvo que tuviera que hacerlo con su familia.
Lo cierto es que su mirada perdida, ausente y triste refleja claramente lo que debía estar pensando, es lo que me hizo pensar en lo dichosos que somos y vivimos quejándonos de lo mal que estamos. Especialmente si os digo que debían ser las once de la noche y que al volver la esquina estaban todos sus pertrechos. Sin hogar y con todas sus pertenencias encima, sin ningún sitio donde ir esa mujer iba a pasar la noche en la calle.
Es triste que esto suceda más de lo habitual y que la desesperación mueva a las personas grandes distancias para seguir viviendo en esa "tristeza" y "pobreza" solo que un poco más lejos de su hogar, si es que lo tenían.
Es triste que esto suceda más de lo habitual y que la desesperación mueva a las personas grandes distancias para seguir viviendo en esa "tristeza" y "pobreza" solo que un poco más lejos de su hogar, si es que lo tenían.
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